El rocket yoga es un estilo de yoga dinámico e intenso, que requiere fuerza y flexibilidad. Es una evolución del ashtanga yoga que se desarrolló en los años 80 en Estados Unidos. Descubre en qué consiste y si es el estilo que mejor se adapta a ti.
EL ORIGEN DEL ROCKET YOGA
El desarrollador del rocket yoga fue el profesor de yoga Larry Schultz, que pasó un tiempo en India para conocer a fondo y formarse con el maestro de yoga K. Pattabhi Jois, creador del estilo ahstanga vinyasa yoga.
Tras varios años de formación en el país asiático, Larry Schultz regresó a San Francisco y abrió su propia escuela de yoga. Al poco tiempo, observó que sus alumnos tenían dificultades para avanzar con el método tradicional de enseñanza y con el estricto estilo ashtanga yoga que había aprendido.
Por esta razón, introdujo algunas variaciones en sus clases para conseguir una práctica más variada, dinámica y amena. El objetivo de las clases de rocket yoga es, en definitiva, que la práctica sea más accesible para todos los alumnos de yoga y permitir que cada persona explore sus propios límites.
DIFERENCIAS ENTRE EL ROCKET YOGA Y EL ASHTANGA YOGA
Como hemos comentado, el rocket yoga se basa en el ashtanga yoga. Consiste en una combinación de posturas de ashtanga, pero con modificaciones y un ritmo muy dinámico. Además, incluye inversiones y posturas de equilibrio.
En la práctica de ashtanga, se realizan las asanas con ambos lados del cuerpo, primero el derecho y luego el izquierdo, manteniendo cinco respiraciones en cada una. En las clases tradicionales, solo se puede cambiar de postura cuando el profesor considera que la persona está preparada.
En el caso del rocket yoga también se ejecutan las secuencias a ambos lados, pero se suelen mantener menos tiempo. Al tratarse de un estilo menos rígido, se pueden adaptar las clases y practicar posturas que cada alumno quiera probar. De esta forma, se consigue una sensación de progreso que resulta muy gratificante.
Las secuencias del rocket yoga se dividen en tres:
La primera se centra en fortalecer hombros, abdominales y piernas. Las asanas son de flexión y apertura de caderas.
La segunda se corresponde con posturas de la segunda y la tercera serie de ashtanga.
La última es una combinación de las dos primeras.
Si te gusta el yoga tradicional, pero te motiva tener un espacio para la improvisación y para explorar tus propios límites, este estilo de yoga puede ser para ti. ¿Te animas a probarlo?
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